domingo, 30 de marzo de 2008

Puesta a punto antes de la recta final

Como en toda actividad humana que se realiza en el tiempo, y por tanto que no permite volver a ser vivida, hecha, la revisión del pasado es imprescindible para que el futuro sea mejor. La espontaneidad en cuanto tal, no asegura el éxito en las cuestiones humanas.

He visto oportuno ayudaros a dar alguno de esos pasos.

En primer lugar he vuelto a colgar el programa de la asignatura, en este caso en la web de la materia. Ahí se especifica cómo será CALIFICADA la asignatura. Este punto suele ser francamente importante para los alumnos -y realmente lo es-.
Volver a colgarlo tiene la ventaja, además, de facilitaros que podais deteneros de nuevo en lo que se dice. Esto también es sumamente importante, pero con frecuencia se olvida.
Tal vez lo más importante -no es novedad pues ya estaba escrito- sea el 30% de la puntuación final que procede del examen de los libros y del blog. Sí, del blog. Puesto que los alumnos titulados se han incorporado más tarde y su período de adaptación y conocimiento de la herramienta ha sido algo más tardío, consideraré que, a partir del día 7, revisaré todos los comentarios -como hasta ahora-, pero teniendo en cuenta que serán objeto de calificación: se atiende a la cantidad y a la CALIDAD. En un primer momento -en el aula, de viva voz- indiqué que no sabía cómo iba a ser evaluado el blog. Esto es lo que ponía el programa y creo que es adecuado mantenerlo una vez vista cuál es la dinámica.

La segunda cuestión que considero interesante es hacer unas breves síntesis de las cuestiones que se han trabajado en el programa. De este modo, si las vais estudiando de nuevo a ese ritmo, vuestros comentarios pueden, o bien explicitar cosas -yo sólo incluiré breves reseñas-, o hacer preguntas que puedan ser contestadas por el resto de alumnos o por mi... si es necesario.
Por ahora no he visto necesario tomar ninguna otra iniciativa. Si se os ocurre algo... no dejéis de decirme.
Una última cuestión: si bien no puedo saber quién entra a revisar y leer el blog, sí puedo saber el número de visitas y tiempo medio dedicado entre otros muchos datos. En cuanto a este último punto, creo que 6 minutos de media leyendo no es mucho ¿Conseguís leer todo en 6 minutos y haceros cargo? A mi me costaría trabajo. Por otro lado, aún hay un 19% de visitantes que sólo han entrado una vez: creo que es una cifra excesiva estas alturas... en fin. Si algún compañero vuestro está en ese caso, no dejéis de avisarle.

En unos días, además, sacaré la relación completa de "comentaristas", a fin de que podáis completar algunos apodos con los nombres reales y el curso correspondiente.

Insisto, si tenéis alguna sugerencia... soy toda oídos.

lunes, 17 de marzo de 2008

Aprendizaje en tiempo de vacaciones

Puesto que estamos en fechas difíciles para el estudio, he visto conveniente explicitar algunas conclusiones derivadas de contenidos ya estudiados.

Hemos afirmado que "educar es ayudar a crecer"; sin embargo, no recuerdo haber dado una definición precisa de aprendizaje. Ésta no se identifica totalmente con el "conocimiento", si bien conocer es un modo de aprender -sin duda de los más altos si no el más alto-. No pretendo dar esa definición aquí, pero, groso modo se puede afirmar que todo aprendizaje implica cambios suficientemente estables en el sujeto. Ahora bien, los cambios en el sujeto, al estar referidos a algunas de sus facultades, y tener casi todas ellas órgano, implica a su vez modificación corporal. Al realizar operaciones, los órganos quedan afectados -inmanencia- y, para que se consolide y suponga un cambio suficiente, ha de repetirse la operación. En la medida que hay más corporalidad implicada, más repetición es necesaria; y a la inversa, cuanta menos implicación somática, menos repetición. Como aún no hemos visto qué sea eso de "facultad sin órgano" pondré un ejemplo más o menos ajustado:

Para aprender a botar una pelota, para aprender a asir un lápiz, el número de repeticiones y tiempo necesarios son inmensos. El tiempo y número de repeticiones necesarios para aprender una definición es infinitamente menor. Se requiere cierto soporte somático -neuronal-, pero en la misma medida en que se "comprende" y se dispone del vocabulario, el tiempo se reduce infinitamente.

Por tanto, podemos afirmar que, con el tiempo, leer y comprender se parece cada vez más a estudiar.


Estudiar es una especial comprensión de cuestiones que permite su uso intelectual (manifestación oral o escrita y "manipulación" junto a otros contenidos intelectuales).


Siguiendo el ejemplo anterior, en la misma medida en que se "domina" el manejo del balón, desarrollar una nueva estrategia es infinitamente más sencillo que cuando ha de interiorizarse, además, la habilidad con el balón. Algo análogo ocurre con el lenguaje y el vocabulario: son el balón de los aprendizajes intelectuales. De ahí la pequeña dificultad añadida en el estudio. Ahora bien, una vez adquirida cierta destreza con ese "instrumento" –el lenguaje, el vocabulario específico-, lo demás es "un gusto".

En conclusión:
Si tenéis que estudiar estos días, no olvidéis que es leer y comprender y, en la medida que sea necesario, repetir y asimilar cierto vocabulario para poder "disponer" de lo leído y comprendido.


Disfrutad estudiando, es decir, disfrutad leyendo y comprendiendo.

martes, 11 de marzo de 2008

...en busca de sentido (II)

Sigo con algunas de esas ideas impactantes.

1. ¡Qué importante es el cuerpo y sin embargo no lo es todo! El hambre, sus
efectos corporales y psicológicos. El hambre y el deseo de superar la situación
infrahumana de sólo pensar en comida.
2. ¿Y qué decir del contenido de la
meta última del hombre, cuando todo se ha perdido? Habrá que recordar la palabra
"contemplación", tan mal comprendida en nuestro tiempo.
3. La sorprendente
articulación entre insensibilidad y deleite en la belleza. Pero no se daba en
todos.
4. Resolver el problema de la supervivencia: no es mera adaptación
biológica. Aprender el arte de vivir.
5. Y los espacios de libertad,...

...y otras muchas cosas podrían comentarse. Seguro que, también ahora, vosotros podéis añadir cuestiones interesantes.

La permanencia en la especie

Tanto en un grupo como en otro ha salido, de modo más o menos directo, una cuestión simple, básica, pero no por eso menos importante:

el hombre pertenece siempre a la misma especie.

Algunos de vosotros diréis que esta afirmación no merece un post en exclusiva. Sin embargo, hay un hecho que sí lo justifica. Esta afirmación es la base por la que el aborto es completamente inadmisible.
Parece absurdo pensar que el tamaño o la apariencia corporal hace que un ser vivo cambie de especie (eso es una tesis excesivamente antigua, confundiendo filogénesis y ontogénesis). Así, la distinción entre cigoto, embrión y feto parece ser análoga a la de bebé, niño, adolescente, adulto y anciano. Cierto que en el primer grupo la diferencia somática es impresionante (ya pudísteis ver el vídeo sobre el crecimiento de un niño en el período prenatal).

He señalado en clase que el juicio en torno al aborto no es, por tanto, una cuestión derivada de las convicciones religiosas, ni de tal o cual moral, sino tan sólo una afirmación de carácter antropológico de fuerte raigambre metafísica: la causa formal, el alma, es principio vital y el mismo principio vital a lo largo de todo el tiempo. Si a la pregunta ¿qué es esto? la respuesta procede de la causa formal, ésta no cambia a lo largo del tiempo.

El argumento de carácter ético-social lo escribí en Sensamientos. Lo dejo aquí por si os interesa.

lunes, 10 de marzo de 2008

...en busca de sentido (I)

Señalaré, en este post, algunos conceptos o ideas que, de nuevo, llaman mi atención y me obligan a repensar algunas de las cosas sobre las que hemos hablado en estas semanas.



1. La existencia desnuda: sin pertenencias, sin ropa, sin
nombre...
2. La dificultad para aceptar la verdad: aunque había algo verdadero.
3. Impasibles, con emociones embotadas; incapaces de sentir horror, asco...
4. El dolor de un latigazo y el dolor de un insulto; la dureza de la
materia y la otra dureza.

Y muchas más cosas. Mañana seguiré, aunque también vosotros podéis aportar algo.

jueves, 6 de marzo de 2008

El cuerpo humano

La clase de hoy ha sido interesante, muy interesante. He escrito un post en sensamientos, pero he querido dejarlo aquí también, puesto que vosotros sois los protagonistas.

Entre las muchas cosas que a uno le hacen pensar, sorprenderse y "sopesar" los avatares diarios está la flagrante contradicción de algunos postulados y sus tremendas consecuencias reales, prácticas... en ocasiones perversas.

Cuando decimos "cuerpo humano", cuando significamos, pensamos o nos referimos al "cuerpo humano", indicamos una realidad material configurada, ordenada, vivificada "humanamente". Hasta tal extremos que a la pregunta "qué es esto" -obviamente, cuestión importante- respondemos acudiendo a la confuguración, al orden, y no a la materialidad en sentido estricto (a la distensión, común a toda la realidad material).
De este modo, y por exponer brevemente el argumento, decir "este cuerpo humano" y decir "este hombre" es la misma cosa. No quiero decir que el hombre sea SOLO "este cuerpo humano", sino que "este cuerpo humano" es completamente "humano": no sobra cuerpo que no sea hombre.
Por este motivo, es obligado caer en la cuenta de que cualquier agresión a la dimensión corporal, al cuerpo humano, es agresión al hombre; y que ésta -la agresión al hombre- no depende de lo que uno piense. Es decir, alguien puede considerar que el cuerpo es "tenido" y por tanto "utilizable", y estar, sencillamente, equivocado. Es posible el error. Qué sea el cuerpo humano, cuán humano sea el cuerpo humano es una realidad independiente de la opinión de cada quien.

Resulta por eso contradictorio pretender proteger, reavivar o hacer patente la dignidad del hombre y no indicir en la misma fuerza -o más por ser más próximo- en la dignidad de la corporalidad humana.
Cuando el cuerpo es mostrado como algo utilizable, es al hombre al que se le muestra como algo utilizable. Cuando a un niño se le enseña que su propio cuerpo es utilizable, se le está enseñando que él mismo lo es; que, además, podrá tratar así al resto de los hombres. Y, no se trata de una opinión propia, sino de la simple conclusión relativa a la consideración de la realidad del cuerpo humano.



En fin, que dignidad humana resulta sustancialmente incompatible con realidades tan deleznables como:

    • la pornografía,
    • las agresiones verbales de carácter sexual,
    • las conductas de carácter sexual asumidas como "prácticas", como "usos",
    • las conductas en las que la intimidad corporal queda reducida a la nada: publicidad, revistas, televisión, cine, vestuarios deportivos, etc., etc., etc. )

Tendré que explicar por qué incido tanto en la sexualidad... pero alargaría ahora el argumento. Pero, volviendo al hilo principal, ¿es relevante que la pornografía sea vista -consumida, dicen- por niños o por adultos? Obviamente que sean niños implica un plus de negatividad; pero la "libertad" de compra-venta es, de suyo, un error antropológico, una violencia a la naturaleza de la realidad humana. En todo caso, en una cultura en la que los linderos de lo pornográfico quedan difuminados, en los que el territorio de lo íntimo y valioso queda reducido o aniquilado si media la libertad del que expone, es una cultura en la que la identificación del cuerpo humano con "lo humano" se hace difícil.

¿Violencia? ¿Violencia verbal y física? Convendría ir a las raíces
culturales, educativas, filosóficas del problema.


Dicen en ocasiones que ha de darme igual que ocurra algo que "a mi no me gusta", ya que, al fin y al cabo, no me obligan a hacer"lo". Sin embargo, no caen en la cuenta de que la configuración cultural modifica mi percepción y valoración real de las cosas. Hubo un tiempo en el que determinadas conductas me producían rechazo conceptual y físico (asco, miedo, horror). No he modificado mi conducta, ni mis convicciones, pero sí la percepción inmediata, la capacidad de reacción, la proximidad real, la connaturalidad... por tanto, una dimensión importante de la valoración. Y no se trata de la primacía de rojo sobre el verde o el azul sobre el gris, no es cuestión de gustos, sino de la dignidad y valor del cuerpo humano y por tanto del hombre mismo.

martes, 4 de marzo de 2008

Algo más sobre el "tipo" de ser vivo "hombre"

Llevamos días en los que los comentarios se amontonan en torno a un post relativo al simple y llano asunto de que "el hombre es un ser vivo". El cúmulo de reflexiones metafísicas (ser, obrar), antropológicas (vivir, escribir la propia biografía) y éticas (acertar, dejarse llevar, responder ante las propias decisiones, etc.) ha sido grande.

Toca ahora centrarnos en la siguiente cuestión:
El hombre posee un principio vital -al que llamamos alma- que, no sólo configura la materia -como hace la causa formal en el caso de los seres inertes-, sino que le permite realizar operaciones. Ahora bien, esas operaciones son unas y no otras. Esto es simple y llanamente realismo; reconocimiento de la realidad que somos y que se adecúa a nuestro modo de ser.

EL CRECIMIENTO ES LO QUE NOS INTERESA. Conviene por tanto reparar en:

1. Qué operaciones son esas, cómo son.
2. Qué caractarísticas concretas tienen las capacidades particulares que
permiten realizar cada tipo de operaciones.
3. Qué hacer para que crezcan, toda vez que en el hombre éste, el
crecimiento, no está asegurado.

Algunas de estas importantísimas preguntas comienzan a tener su respuesta en este sitio de "textos y referencias". En la siguiente entrega aparecerán aún más detalles.

Una idea me ronda permanentemente la cabeza: ¿seremos capaces de ver el abanico de posibilidades operativas como lo que es, un abanico, una apertura? ¿seremos tan miopes de pensar que, vivir según nuestro verdadero modo de ser es una "limitación"?

Aún hay quien está pensando en ser feliz renegando de la propia realidad... pensadlo un poco y veréis que no es tan extraño. Tal vez en los comentarios podáis abordar esta cuestión.

lunes, 3 de marzo de 2008

El obrar sigue al ser


En clase hemos pasado la barrera de la distinción entre “vivo” e “inerte” a la distinción entre los “tipos de vida”.





A este respecto, en un comentario un alumno puso el dedo en una importante llaga. Planteaba que, frente al absolutismo de la inmanencia –que llevó a algunos de vosotros a sugerir que “somos” lo que hacemos, o que “nos hacemos”- tendríamos que plantearnos que algo somos antes de comenzar a “construirnos” con nuestras propias decisiones.

La cuestión es: ¿somos “sólo” biografía?

Si fuera así, nuestro crecimiento no tendría más punto de referencia que nuestra simple voluntad. Si hacemos “lo que sea”, simplemente estamos “construyendo” nuestra identidad. Entiendo que además de falsa, esta afirmación está llena de riesgos vitales –obviamente vivir en falsedad es un problemón-

Esta afirmación posee -AL MENOS- dos inconvenientes:

1. Parece que, de hecho, el fracaso es posible; es decir, que la “construcción de la propia biografía” puede ser medida desde fuera de ella misma. Existe algo previo a la biografía que mide y contrasta el acierto y el error.


2. Parece que, realmente, el obrar de cada ser vivo –ahora extiendo el argumento- no es ilimitado en sus posibilidades. Parece que el obrar de cada tipo de ser vivo es distinto, sustancialmente distinto, y que esto depende de la respuesta que se de a la pregunta “¿qué es esto?”. En efecto, atendiendo al “modo de ser”, podemos prever el “abanico de posibilidades del obrar”, no así las operaciones concretas que realizará cada uno de los seres vivos en particular.