Tanto en un grupo como en otro ha salido, de modo más o menos directo, una cuestión simple, básica, pero no por eso menos importante: el hombre pertenece siempre a la misma especie.

He señalado en clase que el juicio en torno al aborto no es, por tanto, una cuestión derivada de las convicciones religiosas, ni de tal o cual moral, sino tan sólo una afirmación de carácter antropológico de fuerte raigambre metafísica: la causa formal, el alma, es principio vital y el mismo principio vital a lo largo de todo el tiempo. Si a la pregunta ¿qué es esto? la respuesta procede de la causa formal, ésta no cambia a lo largo del tiempo.
El argumento de carácter ético-social lo escribí en Sensamientos. Lo dejo aquí por si os interesa.
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