miércoles, 21 de mayo de 2008

Ser persona, ser hijo

Por más que he intentado darle vueltas en clase a la idea nuclear de la última parte del programa, creo que no he conseguido trasmitir lo que tengo en la cabeza. Obviamente no es una idea mía; mi maestro Leonardo Polo lo ha expresado de modo magistral en más de un lugar: en "Quien es el hombre" y en un capítulo de un libro. El texto se titula "El hombre como hijo". Ambos están en la red, por lo que los dejo linkados.

El núcleo, tal y como lo tengo en la cabeza dice algo así:

  • Ser persona es ser puesto en la existencia como ser libre.
  • Poner un acto de ser libre es crear una novedad radical, un ser único.
  • Obviamente los padres no pueden ser los responsables de semejante realidad.
  • Esto puede atisbarse si se cae en la cuenta de que los padres no son "dueños" del hijo; es decir, lo que el hijo ES no es causado por los padres de modo que éstos puedan decir que son su origen completo y radical.
  • Negar la anterior afirmación contradice el conocimiento ordinario y el sentir ético: todos entendemos que la esclavitud contradice la dignidad humana y la posesión de una persona por parte de otra -por más que sean sus padres- sería una forma de esclavitud.
  • Los padres traen al mundo algo que les excede: una novedad radical libre.
  • Ahora bien, sólo un origen de poder proporcional puede ser principio de un acto de ser libre.
  • El Origen, el Creador del acto de ser libre ha de ser a su vez libre, aunque con una intensidad difícilmente concebible por el hombre.
  • La palabra que designa una relación en la que el Origen y lo originado son libres, por tanto con una relación de dependencia peculiar del originado respecto al origen, se denomina FILIACIÓN.
  • El hombre es radicalmente hijo: persona libre, única, nueva.
  • Sólo un Origen libre, absolutamente libre, de poder infinito es capaz de ser origen de una novedad radical y libre.
  • Es evidente, por tanto, que el ser personal es trascendentalmente familiar. El hombre autónomo, el hombre desligado no es comprensible como persona.
  • Es evidente también que la libertad total del Origen -Dios se suele llamar- crea libremente un ser libre, no se puede tratar de un acto necesario.
  • La afirmación radical, la expresión "es bueno que existas" -eso es el acto creador- no es un acto de indiferencia, sino todo lo contrario: somo originariamente "queridos".
  • Existimos porque Alguien dijo "es bueno que existas".
  • Nadie, absolutamente nadie, puede decir tal cosa de modo que SE REALICE la existencia, sino Dios.
Este discurso no es teológico, sino antropológico, toda vez que la libertad human puede ser investigada racionalmente y que es ésta la que reclama el argumento precedente.

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