miércoles, 23 de abril de 2008

El complejo mundo de las emociones (I)


Toda conversación sobre el mundo emocional y efectivo llena siempre de interés: este año no podía ser menos.

Expondré aquí, muy brevemente, algunas de las tesis ya abordadas en clase.
1. Las emociones no son operaciones, sino "estados" del sujeto que acaecen -son concomitantes- al realizar determinadas operaciones, al menos, a nivel de sentidos internos.
2. Esta simple afirmación implica que las emociones no están directamente a nuestra disposición, sino que en gran medida "las padecemos". Las emociones son algo que "nos pasa".
3. Por estar implicados los sentidos internos, las emociones poseen una fuerte dimensión somática; es decir, la "afección" que supone la emoción es "afección" también corporal.
4. Los estados emocionales manifiestan indirectamente qué valoración realizados de un determinado (aunque no siempre consciente) acontecimiento o realidad, y si nos vemos "capaces" de afrontar tal o cual situación.
Etc. etc, etc.

Después de estos brevísimos apuntes, todo lo demás corre de vuestra cuenta.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Partiendo de la evidencia de que las emociones se pueden educar, quisiera lanzar una pregunta al aire (sala) para quién me quiera contestar: ¿si las emociones son educacables por un lado y por otro son padecidas, somos en sentido pleno libres para emocionaranos?, ¿hasta que punto padecemos una emoción?
Es la posible relación entre educación afectiva y libertad. Y como hay cuatro dimensiones de la libertad, una de las cuales es la psicológica, ¿qué se puede concluir? ¿se puede afirmar que no somos responsables de una determinada afección, emoción o pasión?
Si somos responsables es que podemos decidir.

Unknown dijo...

Evidentemente, la emoción es un estado del sujeto, no es una acción que éste realiza. Por ello el dominio sobre las emociones no está asegurado, no se puede controlar totalmente que aparezcan o no. Sin embargo, el hombre gracias a su facultad distintiva y superior que es la inteligencia puede educarlas.

Creo que el hombre no es responsable de padecer una determinada emoción (pues no la ha elegido), pero sí de la forma de actuar tras ella, es decir, es responsable de la conducta que se desencadena de ella. Por ejemplo: un alumno que ha suspendido un examen considerando que ha estudiado puede sentir rabia, pero esto no justifica que agreda al profesor. El alumno no es responsable de sentir rabia, pero sí de agredir al profesor, porque ha podido elegir y por lo tanto se trata de una conducta voluntaria y estas conductas implican responsabilidad.

En definitiva, creo que las emociones nunca deben buscarse como fines en sí mismas, ni servirse de ellas como criterio de actuación. En este caso el hombre caería en una irresponsabilidad.

Anónimo dijo...

Las emociones no deben ser el justificante de un comportamiento irresponsable. La rabia del alumno al suspender el examen no puede ser justificante de la agresión al profesor.

Pero como bien decíamos en clase hoy, necesitamos y debemos mostrar nuestros sentidos, para así poder objetivizarlos y ser conscientes de nuestras emociones para poder controlarlas y para expresarlas de una forma lógica y controlada para no reprimirlas hasta el extremo.

Intentando responder a Paco, creo que el hombre el plenamente libre para libremente para emocionarse, pero que estas emociones son educables para controlarlas. El hombre puede controlar sus propias emociones, porque no debe reprimirlas, porque puede ser esto negativo para el mismo. Creo que el hombre no puede controlar una emoción o pasión, pero si puede saber tratarlas o dominarlas. Para mi un ejemplo muy claro es que cuando te parece guapa una chica, no puedes controlar/evitar que te parezca guapa, pero si puedes dominar ese sentimiento para que ella no te lo note.

No se si esto puede servir un poco de contestación a las muchas preguntas que Paco plantea.

Fátima Malmierca dijo...

Ya escribí un post sobre la inteligencia y la voluntad…pero me gustaría introducir un término “nuevo” que hemos dado hoy en clase que hace referencia a estas, el lenguaje.

El lenguaje no solo nos permite comunicarnos, entendernos, intercambio…si no que además nos reporta a nosotros mismos la base de nuestro pensamiento, que esto, supone la inteligencia.
Es importante mencionar que, dentro del lenguaje se componen dos supra-lenguajes. “El lenguaje animal y el humano”.
“El lenguaje animal” es el que emplean los animales para comunicarse entre si. El lenguaje humano es el único lenguaje que es eficiente en transmitir emociones cultivadas, emociones que experimentamos, que somos capaces de pensar de retransmitir con el lenguaje, por ejemplo, los estados de ánimo con los que nos levantamos todos los días, somos capaces de sentirlos, de encontrarnos en un estado y “reproducirlos” oralmente para que los que están a nuestro alrededor nos entiendan, sin embargo, algunas veces esas manifestaciones, no serán las adecuadas a la hora de desenvolvernos, presentamos esa “capacidad” de hacer oraciones perfectas, que un hablante puede descifrar por su competencia lingüística.
Este lenguaje humano nos lo reporta pensamiento. El pensamiento es la actividad y creación de la mente o que es traído a existencia mediante la actividad de intelecto. El término es comúnmente utilizado como forma genérica que define todos los productos que la mente puede generar incluyendo las actividades racionales del intelecto o las abstracciones de la imaginación; todo aquello que sea de naturaleza mental es considerado pensamiento. Sin este sería difícil poder establecer cualquier tipo de conexión humana con el mundo y con nosotros mismos.
La inteligencia nos permite entender esta actividad del pensamiento, por ejemplo, intentas dar razón al por qué de tus emociones (pensamiento), pero por otro lado la inteligencia a la vez ejerce la posibilidad de este.

Consuelo Martínez Priego dijo...

Sigo la discusión en un nuevo post.

Carmen dijo...

Respondiendo a las pregutas de Paco.. Yo creo que tú puedes controlar la manera de la que te afectan las emociones, la manera que tienes de expresarlas pero pienso que cuando a ti ,por ejemplo, te dan un muy buen trabajo, a todos nos dan una alegria enorme, pero a ti te puede afectar de una manera o de otra dependiendo de cómo tú la controles... Bien, la alegria ya la tienes, ya la has sentido pero la forma que tienes de expresarla puede ser de muchas formas´, y eso depende de ti.
También pieso, que la emoción es un medio por el que se expresa algo que nos pasa, expresamos cualquier cosa a través de ellas pero eso no justifica la conducta que hayas tenido a raiz de una emoción, por lo que no las podemos utlizarlas como justificación de nada, nosotros somos responsables de nuestros hechos.

Carmen dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Me han gustado las respuestas a los interrogantes que plantee en el primer comentario. Solo quisiera añadir algo, una idea. Las emociones se padecen pero sobre todo hay algunas que se pueden fomentar, y por tanto habrá otras que no se deban fomentar. Donde yo quería llegar es a si es necesario fomentar de modo habitual las emociones positivas. Es cierto que no se puede estar todo el día "de subidon", principalmente porque tal subidon suele ser fruto de estados somáticos del organismo, en muchas ocasiones fomentados por cierto tipo de alimentos o bebidas creadas por el hombre para ello. Sin embargo, una actitud alegre y positiva ante la vida, que reconozca por una parte nuestras propias limitaciones (esto son en cierta medida las pasiones y deseos) y por otra, que sea capaz de superarlas y trascenderlas, es la que permite superar realmente lso estados variables de ánimo. Uno pude estar muy triste, por una desgracia (es bueno que ante los padecimietos propios y ajenos experimentemos esa tristeza), y sin embargo, encontrar motivos mayores para estar alegre o para ubicar esa sensación de tristeza en su debido lugar.
Pienso que en cierto sentido somos muy libres de padecer pasiones, claro está que esa libertad no es inherente solo a las pasiones sino que completa a la persona.
Las pasiones afectan de tal modo a la inteligencia y a la voluntad, que es necesario elegir no depender de ellas. Es ahí donde pretendía llegar con el comentario. La elección que se deriva no es por tanto solo "emocional", es sobretodo personal.

Víctor Antonio Ballesteros dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Paco, principalmente porque las emociones, efectivamente, pueden ser aminoradas o potenciadas, pero nunca eliminadas.
Las emociones de las personas son diferentes porque en gran medida dependen del ambiente en el que nos hayamos crecido. Es obvio que, mediante lo que llamaríamos control personal, podemos ajustar esas emociones. Aminoraremos, por tanto, aquellas que creamos que no nos convengan, e intentaremos potenciar aquellas que nos conduzcan a nuestra mejoría personal. La dificultad es saber cuáles emociones se deben intentar aminorar y cuáles emociones se deberían potenciar para nuestro propio bien.