martes, 22 de abril de 2008

Vulnerabilidad, dignidad y misterio (el caso Genie)

Estos tres son los términos usado por uno de vosotros cuando comentaba el vídeo sobre el caso Genie.

Hemos dicho miles de veces en clase que las facultades se especifican por sus operaciones y éstas por sus objetos. Esto es como decir que el obrar sigue al ser y que si un determinado ser vivo obra de «tal modo»... entonces «será» de «cual modo». Ahora bien, también hemos indicado que "lo que somos", nuestra esencia, no se identifica con las facultades. Éstas son los principios próximos del obrar; es decir, donde la causa formal ya no está configurando, sino que «sobra», es principio eficiente, acto capaz de hacer que la facultad sea principio de actos-operaciones. Se dice en tal caso, que las facultades son «potencias activas».

Pero me interesa subrayar ahora que la naturaleza humana es más que la mera suma de facultades y que éstas son del sujeto en cuanto tiene una naturaleza. Las facultades no «causan» la naturaleza –como si añadiendo facultades al modo en que se añaden cerezas a un cesto, llegásemos a conseguir tal o cual naturaleza-, sino que pertenecen a la naturaleza como principios operativos próximos. En efecto, decimos que la esencia “es «lo que» un ente es” –la respuesta a la pregunta “qué es esto”-, y llamamos «naturaleza» a la esencia en cuanto principio de operaciones. Pues bien, los principios inmediatos -diversos según el argumento aportado al inicio de este texto- son las facultades. Ahora bien, si un sujeto no realiza de hecho una operación no cambia de especie, es decir, no cambia de naturaleza. Las facultades se predican de los seres vivos que pertenecen a una especie. Genie no había ejercido ni tuvo la posibilidad de ejercer muchas operaciones; sin embargo, no podemos negar que tuviera las facultades. Tal vez hay emociones que nunca sintió, pero no podemos negar que tuviera la capacidad que le correspondía a su naturaleza.

Repito todo esto porque merece la pena atender a los tres sustantivos desde una perspectiva, si se me permite, metafísica.

Vulnerable significa «herible» -siento escribir algo que no existe-, "susceptible de ser herido". Tomemos la vulnerabilidad como algo evidente, patente. El vídeo así lo muestra. En efecto, Genie es un ejemplo claro de «vulneración» y nos permite afirmar que el hombre es «vulnerable».

Ahora bien, la vulnerabilidad humana es tal que se extiende a toda su realidad: en Genie la vulneración ha sido tan radical que pone de manifiesto hasta qué extremo llega nuestra debilidad: ninguna de las dimensiones del obrar que sigue al ser hombre está asegurada ni crece «humanamente» de modo espontáneo.

En el hombre lo natural y lo espontáneo no se identifican.

Lo natural es comer humanamente, pero eso no es espontáneo, sino aprendido -para ser más precisos «recibido»-. Esto acentúa e intensifica el reconocimiento de la obligación moral que recae sobre todos de educar; o lo que es igual: la obligación moral de ayudar a crecer al otro. También permite caer en la cuenta de que no hay dimensión humana ajena a la educación en un mayor o menor grado; y que por tanto, lo digno, lo adecuado, lo justo es considerar radicalmente humana toda dimensión humana.

Intentaré ser aún más explícita:
1. Es irrelevante qué piensen los padres de Genie sobre la naturaleza de Genie y todo aquello que su dignidad reclama.
2. Es irrelevante lo que Genie sepa o sienta respecto a su propia naturaleza y dignidad.
3. Es irrelevante que los padres o los científicos pensaran que, por ejemplo, la corporalidad se sostiene de modo espontáneo, que lo que hay que hacer es que consiga hablar…
4. Es irrelevante…


Lo único relevante es la verdad de la naturaleza humana, de la dignidad que todo hombre tiene. Lo relevante es caer en la cuenta de todas las dimensiones que han de ser atendidas y que ninguna de ellas debe educarse o cuidarse o promoverse de modo arbitrario: que podemos equivocarnos –los padres de Genie, por lo menos, se equivocaron; muchos de los científicos parece que también. No juzgaré la intención, pero sí el daño causado a Genie.

Es relevante que, a pesar de quedar conmovidos por el vídeo, aún seguimos pensando que hay dimensiones de lo humano que pueden crecer según nuestro capricho. Estoy pensando en lo más evidente y lo peor tratado de nuestra cultura:
a. la corporalidad humana;
b. la libertad.

De estas realidades se derivan temas tan relevantes como la familia o la comprensión de la sexualidad humana, la educación o la justicia social. Podrían ponerse cientos de ejemplos… pero lo relevante es que ninguna de estas cuestiones es arbitraria.


Cerraré un poco los argumentos:

La vulneración tan profunda de la dignidad humana que se ve en el caso Genie
pone de manifiesto que la vulnerabilidad de nuestra naturaleza es también
profunda.
Parece que la profundidad asombra por referirse a ámbitos que, o
bien se consideran espontáneos –y por tanto no son objeto de reflexión y de
crítica a la luz de la naturaleza humana y su dignidad- o bien se consideran
dimensiones del hombre meramente culturales: la corporalidad, la afectividad, la
relaciones paterno-filiales, etc.


Entiendo que, poner de manifiesto que lo realmente importante es hacerse cargo, captar, la verdad del hombre, de su naturaleza y su dignidad; caer en la cuenta de que reconocer la dignidad del otro más allá de modas o circunstancias culturales, todo esto es ponerse a uno mismo ante el misterio que encierra todo hombre, cada hombre. Es decir, cada hombre y todo hombre encierran dentro de sí una verdad que no podremos abarcar, pero tampoco inventar o ignorar.

En el próximo post pondré un ejemplo “escandaloso” de algunas de las incoherencias que padecemos…

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me parece muy interesante el tema de la vulnerabilidad y la dignidad del hombre. Veo necesario aclarar que no por ser más o menos vulnerable una persona tendrá más o menos dignidad. El caso es que no van por ahi los tiros. Genie se podría decir que no era vulnerable, todo lo que ella conocía era digno de lástima pero eso la hizo prácticamente inmune a la vulnerabilidad. No podía ser herida, sólo conocía el dolor. Pero mi duda es ¿qué sería para ella que la tratasen como a un ser normal?, sería vulnerable sin duda, en cuanto a que el cambio le afectaría, pero ¿sería para bien? ¿o para mal?. ¿Sufriría? ¿o lograria encontrar la felicidad?. No he tenido la oportunidad de ver el video de Genie porque a mi no se me abre; sin embargo, me encantaría verlo. Escribo ésto de acuerdo con lo que he leído en los demás comentarios. A lo mejor lo que pregunto ya me lo dice el video pero puesto que no puedo verlo agradecería que alguien me respondiera a mis dudas.

Así, la dignidad de Genie seguía en todo momento siendo igual que en todos los demás seres humanos de la misma especie, eso no cambia.

Anónimo dijo...

Refiriéndome al vídeo de "la niña salvaje", me ha llamado especialmente la atención un tema que en este caso parece contradecirse: el hombre no puede vivir en SOLEDAD porque va contra su naturaleza humana; pero sin embargo esta niña ha estado sola durante años en condiciones, digamos infrahumanas y como un animal;y sigue viva -ha podido sobrevivir-, ¿por qué si ha estado sola durante años?. Quizá porque sabía de la existencia de seres como ella, es decir, durante un tiempo estuvo viviendo con sus padres pero después sufrió un cambio y de vivir con un ellos pasó a vivir sola en un cuarto con una cama y una silla, callada. Y el asunto se vuelve a contradecir, porque la razón del haber sobrevivido podía ser el saber que existe alguien detrás de esa puerta pero a su vez, desesperaría a la niña el no poder hablar con ellos, el no tener vida social con ellos; el sentirse solo realmente y no vivir como PERSONA.
Ella era muy vulnerable porque le limitaron su libertad y por ello no pudo realizar determinadas operaciones, pero seguía teniendo facultades. Éstas se especifican por sus operaciones y según obres, serás de esa manera,si esta niña obra como un animal, ¿cómo se puede explicar su esencia? Porque tampoco se puede decir que se trata de un animal...

Consuelo Martínez Priego dijo...

Fátima, la dignidad es una característica del ser personal, por tanto algo inamovible, e idéntico en todo ser personal. La vulnerabilidad la entiendo casi como la otra cara de la moldeabilidad o plasticidad humanas.
Preguntas por el sufrimiento que le podría causar a Genie ser tratada con normalidad: entiendo que ese dolor, como cuando le aplican a uno alcohol en una herida, sería adecuado, justo, necesario. Entiendo que declinar toda acción que implique cierto sufrimiento es inhumano, porque estaría afirmando con los hechos que esa persona no puede crecer, ni esforzarse por mejorar; o que no tiene nada que mejorar.
En una ocasión me preguntaron que, en situaciones de extrema falta de libertad, de esclavitud como la del nazismo o la URSS, sería mejor que esas pesonas no tuvieran cultura, que no se les explicaran más cosas para evitar hacerlas sufrir...
La respuesta me vino de modo inmediato a los labios: sería negarles la única libertad que nadie podrá arrebatarles, la interior. Quiero decir con esto es el esfuerzo por humanizar a alguien -ayudarle a crecer como corresponde a su naturaleza humana- no parece que pueda eludirse sin ser gravemente inmoral.

En cuanto a lo que señala Sandra, creo las aporías que señala pueden resultar algo forzadas: Genie no murió porque le daban -le echaban casi- la comida, porque tenía un mínimo de higiene; porque alguien, de modo inhumano, cuidaba de ella. Soy incapaz de aventurar si deseaba algo distinto a lo que había llegado a experimentar en su vida -pocas cosas eran-. En todo caso, sí es cierto que la menor experiencia tenida durante los dos o tres primeros años de su vida marcaron su desarrollo emocional.

En fin, que la vulnerabilidad es una manifestación misteriosa de nuestra dignidad. Actuar conforme a la dignidad humana implica dejar un espacio real a algo que no está en nuestra mano ni a nuestra disposición: la dignidad ajena.

¿No causa pavor, tras ver estas cosas, ese indigno deseo de algunos por tener "hijos a la carta"? ¿No causa repulsa pensar que los padres puedan "seleccionar" a los hijos, desechando a algunos porque tenga algún defecto y dejando sobrevivir a otro porque parece que no tiene erratas? Eso es lo que se hace en la Fecundación in vitro, eso es lo que ocurre tras la búsqueda desaforada de diagnósticos prenatales...

Anónimo dijo...

He estado dándole vueltas a un tema y la verdad es que aunque es una intuición no sé hasta qué punto es “razonable”. Me ha llamado la atención de manera especial la realidad de la vulnerabilidad del hombre.
¿Por qué el hombre es el ser más vulnerable?
Pensando sobre ello, me he dado cuenta que normalmente se contempla como una “debilidad que debamos superar”, que tendríamos que volvernos como “inmune” a muchas cosas.
Hay muchos aspectos y momentos en los que somos vulnerables. Podríamos poner infinitud de ejemplos.
Sin embargo, me parece intuir, que esa vulnerabilidad del hombre es lo que le permite la mayor felicidad. Intentaré explicarme:
Se puede afirmar que lo que perfecciona al hombre es el amor, es lo que le permite realizarse, y es a lo que está llamado.
Pero por otro lado, no hay amor sin libertad; es decir, el acto de amar a alguien no se “impone”. Lo que conlleva la posibilidad de ser rechazado.
Con esto me parece que podríamos llegar a afirmar, que el acto de AMAR nos hace susceptible de ser herido, de que nuestro amor sea rechazado. Esa realidad de hacerse "herible" por aquella persona a la que se ama es asumida en la confianza de su amor, pero es una realidad que sabemos que está ahí. Y otra idea que me viene es, que como el amor tiende la permanencia en el tiempo (fidelidad, compromiso), cuanto mayor es el compromiso que se adquiere, más “herible” nos hacemos (y también mayor felicidad), pues llegamos a dejar nuestro corazón en manos del otro.
Por tanto, aquello que hace feliz al hombre, le hace "hacerse vulnerable" ante el otro.
Toda una paradoja.